“yes, yes en
inglés
piano, piano en
italiano
y lo mucho que te
quiero
te lo digo en
castellano”
En serio, que
rico es hablar tu idioma. Me devolvieron parte de mi libertad de expresión al
pisar suelo peruano hace como 3 semanas. Es un descanso para mi lengua que
estaba a menudo enredada tratando de hablar francés por seis meses… y de
paso para mis oídos, que ya no tengo que agudizarlos tanto al estilo perro en
posición de atención cada que tenía que comunicarme con un francófono.
Me dicen que en
un año o dos seré bilingüe, que dominaré el francés al derecho y al revés y que entenderé todito sin hacer esfuerzo. Que
no me preocupe. “¡Ay que lindo el francés Liz!”, me dicen a menudo. “Lindo…¡pero
difícil!”.
Vamos a ver, pero por el momento no puedo
esconder mi sensación de confort al hablar español, al escuchar a los limeños
con ese tonito, al ser yo. Es que realmente decir “génial” no tiene el mismo
sabor que decir “chévere”. Tampoco ese “putain!” tiene el mismo peso y cuerpo
que un “mierda!”. Y cuando uno está molesto pues dan ganas de molestarse en su propio
idioma. Lo mismo pasa con el amor y otros sentimientos. Por eso , mi querido Pierre, mis no sé cuántas maneras
de llamarte son (serán?) siempre en español.
No digo que
aprender un idioma y el proceso de absorberlo sea feo, aunque sí complicado. Es
más, me he reído de mis errores en francés, aunque
otras veces me enfado por no poder llegar a expresarme como quiero. Así se
aprende pues.
Es que otra buena
razón para regresar a tu país aunque sea por vacaciones de 3 semanas, a parte
de tu familia y amigos, es practicar español =)