Hay preparación, no lo
dudo, y también personas (jugadores y
actores respectivamente) que destacan y tienen una admirable carrera. Otra similitud: no
llegamos lejos.
Se me vienen pocas
películas peruanas “buenas”. . . casi siempre son lentas para mi gusto, incluyen
algo de sexo o tienen que ver con orientaciones sexuales y son dramáticas. Por
supuesto no he visto absolutamente todos los largometrajes peruanos que existen,
mi apreciación puede parecer demasiado general o simplista, pero vaya que una
muestra representativa de películas podría defender mi tesis.
Hace un mes vi en el cine el
tráiler de “Asu Mare” que no significa otra cosa que “wow” o , si quieres sonar
más sofisticado y francés, “oh la la”. No solo me pareció gracioso, sino que el
protagonista, Carlos Alcántara, me cae muy bien. No lo conozco pero irradia
simpatía de sobra.
Me bastaron aquellas dos razones para comprar
el ticket.
¿Y de qué se trata? De la
biografía del humorista Carlos y de muchas otras cosas:
Las clases sociales, la delicia de ser niño o
adolescente, el descubrimiento que uno es adulto y es hora de enfrentar la
realidad, la búsqueda de uno mismo, la Lima de la que siempre escucho hablar a
mis papás, la preocupación y lucha de una madre para sacar adelante a sus hijos,
la discriminación y autodiscriminación, los golpes de suerte que la vida nos
puede traer y la perseverancia (mucho de ésta).
Me conmovió.
Salí de la sala sintiéndome
ingrata, afortunada y muy motivada, en ese orden.
Carlos transmitió tanto. Eso
justifica las largas colas para comprar el ticket y que en tan solo 3 días
desde su estreno unas 407 mil personas la hayan visto. Especulan que se
convierta en el filme más visto en Perú.
El público se merecía una película así: chistosa,
BIEN peruana, que sea un llamado a
nuestra a veces perdida motivación y ¿por qué no?, también un reconocimiento a los esfuerzos que
realizan las madres. Después de todo, no es coincidencia que la película esté
en cartelera en el mes de mayo.
Ojalá florezcan muchos
Alcántaras. Eso sí, detrás de un gran hombre hay una gran mujer.